Una publicación en la página de Utopias Educativas fue la responsable de que liase a mi compañera Ana en todo este proceso.
Cara de susto fue lo primero que vi al contarle la idea. Pero como le cuento tantas cosas a lo largo del día sobre qué hacer nuevo y qué cambiar, ella sólo pensaba que me estaba viniendo arriba otra vez, y que en eso se iba a quedar. Su cara comenzó a cambiar cuando le expliqué que era viable con los alumnos. Y ahora sí, mi locura se ha hecho realidad.
Después de realizar nuestro trabajo con toda la ilusión del mundo, vamos a poder compartirlo con todos vosotros y vosotras.
Después de realizar nuestro trabajo con toda la ilusión del mundo, vamos a poder compartirlo con todos vosotros y vosotras.